Brigada para leer en libertad

Un pueblo que lee, es un pueblo constructor de pensamiento crítico, un promotor de utopías. Un pueblo que conoce su historia y se apropia de ella, se sentirá orgulloso de sus raíces. La lectura socializa, comparte experiencias e informaciones. Los libros nos permiten entender la razón que nos constituye, nuestra historia y hace crecer nuestra conciencia más allá del espacio y el tiempo que fundamenta nuestro pasado y presente. La lectura genera mejores ciudadanos. Gracias a los libros aprendemos a creer en lo imposible, a desconfiar de lo evidente, a formar pensamiento crítico, a exigir nuestros derechos, a cumplir con nuestros deberes como ciudadanos. La lectura influye en el desarrollo personal y social de los individuos y sin ella, no hay sociedad que pueda progresar. La cultura es el gran eje rector de la educación informal. Es la que moldea esencialmente a los individuos. El libro que es el principal instrumento de la cultura, es por lo tanto, imprescindible para el desarrollo pleno del ser humano y para tener una sociedad más justa e igualitaria. Sin la educación informal, la educación formal queda trunca. La lectura es el gran formador sentimental. Es el impulsor de una profunda transformación cultural. Es el factor clave de la identidad y la democratización. La literatura es un camino de ida y vuelta. Nos aleja de nuestra vida cotidiana para traer después lo que se ha leído en esas páginas, a la misma realidad pero con más armas para enfrentarla. Eso es la literatura, la gran creadora de personajes, reflejos de nosotros, espejos de nuestra grandeza y fragilidad como seres humanos. Además, leer es divertido, subversivo, subyugante, genial.

Paloma Saiz Tejero
Coordinadora de Para Leer en Libertad AC.

 

 

Para Leer en Libertad AC es un proyecto cultural de fomento a la lectura y de divulgación de la historia de México, el cual nació en enero del 2010, está conformado, en su núcleo central por: Paloma Saiz Tejero, Beatriz Sánchez, Eduardo Castillo, Alejandro Camarena, Belarmino Fernández, Santiago I. Flores, Alicia Rodríguez, Marina Taibo, Jose Ramón Calvo, Salvador Vázquez, Daniela Campero y Paco Ignacio Taibo II, así como un grupo de promotores de lectura, cultura, historiadores y escritores que coinciden en la imperiosa necesidad de colaborar en el proceso de hacer del pueblo de México un pueblo lector y que éste se acerque a su historia de manera diferente a la tradicional y se apropie de ella. Tenemos la firme convicción de que un pueblo que lee, es un pueblo que tiene la posibilidad de aprender de otras culturas, conocer nuevos horizontes, conocer e intercambiar experiencias con otros países. La lectura hace salir a las personas de ese pequeño mundo en el que habitan y así vivir otras vidas, volverse momentáneamente otros, liberarse por ese rato de las ataduras y problemas insalvables en la vida cotidiana.

En el Valle de México, donde se concentran más de 20 millones de ciudadanos, aunque los índices de lectura están por arriba de los del país, siguen siendo muy bajos. Es imprescindible y urgente atender este problema. Un país que quiere avanzar hacia la democracia, tiene que dar a sus ciudadanos acceso no sólo a la educación, salud, habitación y empleo, sino también a la cultura. Esta última es el gran eje rector de la educación informal, es la que moldea esencialmente a los individuos. Por lo tanto la lectura y al mismo tiempo la escritura, son básicas para el desarrollo pleno del ser humano y para tener una sociedad más igualitaria. Sin la educación informal, la educación formal queda trunca.

Un ciudadano que lee es un constructor ideológico, un promotor de utopías. La lectura es el gran formador sentimental. La lectura socializa, comparte experiencias e informaciones. Los libros nos permiten entender la raíz que nos constituye y hacen crecer nuestra conciencia más allá del espacio y el tiempo que fundamenta nuestro pasado y presente. La lectura genera mejores ciudadanos. Gracias a los libros aprendemos a creer en lo imposible, a desconfiar de lo evidente, a formar pensamiento crítico, a exigir nuestros derechos, a cumplir con nuestros deberes como ciudadanos. La lectura influye en el desarrollo personal y social de los individuos y sin ella, no hay sociedad que pueda progresar, invita a las personas a ampliar sus horizontes, da armas a los ciudadanos para participar y enfrentarse a su realidad, construyendo una sociedad más equitativa y justa.

 

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