Torge Löding, el director de la oficina de la Rosa Luxemburg Stiftung en México, abrió el evento agradeciendo los esfuerzos de diversas manos para la realización de esta publicación, también habló sobre la pertienencia de celebrar la obra de Don Enrique Ortiz acompañado de los movimientos y personas que han sido parte de su historia.
Tannia Falconer, coordinadora de proyectos de la RLS para México, reconoció que este libro es fruto de diversos esfuerzos y lo nombró como una iniciativa colectiva: “Es importante resaltar que este libro es el fruto de un trabajo colectivo, como todo el trabajo que realiza Enrique. La idea de esta publicación nació hace algunos años, durante conversaciones con representantes de organizaciones contrapartes de la RLS algunas aquí presentes (Dolores Gonzáles de SERAPAZ, Paloma Saiz y Daniela Campero de la Brigada para Leer en Libertad) y también de Mónica Baltodano, ex-comandanta de la revolución nicaragüense y presidenta de Popol Na).
La idea de rescatar una pequeña parte de los conocimientos y aportes que nos hereda Enrique y plasmarlos en un libro, fue tomando forma después de una infinidad de reuniones para aterrizar los sueños en papel. Finalmente se decidió que la mejor manera sería a través de una entrevista realizada por Gloria Muñoz, apoyada por su equipo de Desinformémonos y que resultó ser una serie de varias entrevistas que recogieron una gran parte de la vida y trayectoria de Enrique.
Se conformó el equipo editorial encabezado por Andrea Fuentes Silva, quien de una manera sensible y profesional trabajó codo a codo con Enrique para darle forma a este libro, que narra en primera persona el largo viaje de un caracol peregrino y que hoy es una realidad, no sólo contundente y profunda en su contenido, sino hermosa en diseño e impresión, con fotografías de Prometeo Lucero, quien también participó de manera muy comprometida en este proceso”.
Silvia Emanuelli, directora de HIC-AL, compartió sobre su reconocimiento al trabajo de Don Enrique y la importancia de colaborar con él en diversos momentos, comento: “He conocido a una persona tan perseverante como Enrique. Él ha sido capaz de dialogar entre mundos distintos, como cuando tomó la decisión de trabajar en el sector público sin renunciar a su militancia y a su honesto actuar.
Enrique ha acompañado a millones de experiencias transformadoras que han abierto brecha hacia nuevos caminos, aquellos que intentan hacer justicia más allá de las utopías, a lo posible. Estas vivencias han dejado muchos aprendizajes a Enrique, mismos que se ha encargado de llevar y compartir en otros espacios como en HIC-AL”.
Doña Paula Hernández, integante de la cooperativa Palo Alto, quien conoce al arquitecto desde hace décadas comentó: “De don Enrique hemos aprendido que el ser humano tiene que vivir con dignidad, como nos lo ha enseñado a través de esa otra arquitectura, la que no construye meros edificios, sino la que piensa en la tierra, en el agua, en el aire y en la gente.
En 1972 registramos la cooperativa de vivienda de Palo Alto y desde ese momento teníamos la seguridad que nadie iba a lucrar con este proyecto que escrituramos de manera comunal. Gracias al contacto con COPEVI, fuimos construyendo poco a poco nuestras casas y aprendiendo de don Enrique, quien al mismo tiempo aprendía de nosotros.
Si la gente de Santa Fe y Las Lomas que viven cerca de Palo Alto y están incómodos con nuestra presencia, les decimos que se pueden ir, pues nosotros llegamos a esas tierras muchos años antes”.
Entre más de un centenar de personas Don Enrique Ortiz compartió que: “La vida puede ser sencilla para algunos, pero cuando te propones cambiar el mundo por algún lado, todo se complejiza y te obliga a trabajar en los límites de todo. De repente, algunos podemos huir fácilmente de estos márgenes, pero la gente que tiene pocos recursos tiene que quedarse hasta el final y perseverar. Por eso, hay que mantenernos y acompañarlos humildemente para seguir pensando el futuro radicalmente, desde la raíz, para aprender de ellos y con ellos”.
Fue así como en este evento organizado por la RLS dio termino con una breve celebración, como fundación sabemos que este es un aporte, de muchos, que reconocen y reconocerán la ardúa labor de Don Enrique Ortiz Flores y su aporte a los procesos colectivos.