Dada la coyuntura mundial actual, parece oportuno debatir desde los puntos axiales de la crítica de la religión del mercado que realiza Marx a partir de Feuerbach. En el centro de esa crítica de Carlos Marx, y como su punto de partida, hay un humanismo de la praxis que va más allá de los humanismos sentimentales o emocionales. Al ser un humanismo de la praxis, tiene su criterio de la verdad en la propia praxis humana. Eso menciona Marx, cuando dice: “el ser humano es el ser supremo para el ser humano”, lo cual implica que el mercado es para el ser humano, y no el ser humano para el mercado. El ser humano no es para el capital y su maximización de las ganancias, sino que el capital es para el ser humano.
  En esta compilación se analiza y se discute cómo la religión neoliberal del mercado, movida por la utopía de la codicia, violenta y destruye la vida de los seres humanos y la vida entera sobre la tierra.
  «El capitalismo se nos presenta como religión del consumo y del espectáculo. Cada tienda está consagrada a las diversas manifestaciones del Único, el dinero, el cual