Por: Rigoberto Fabelo, Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria, Cuba.
El proceso de consulta popular para la construcción de la nueva Constititución cubana y la aprobación de la versión definitiva en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, sometida a referendo nacional el pasado 24 de febrero, dejó abierto el escenario para la reflexión, recolocación y confirmación de puntos de vista y posiciones diversas. También permitió visualizar con más claridad la acuarela de tendencias y apuestas políticas y patrióticas existentes más allá del proceso y sus resultados a corto plazo.
Aquí sólo pretendo colocar una perspectiva, e incorporarla al diálogo y la reflexión, surgida de habernos sentidos convocados, motivados y con mayor cuota de responsabilidad y compromiso ciudadano a participar, según criterios de diferentes fuentes, en un proceso que fue:
- Un primer paso importante en un proceso de regeneración y redimensionamiento de la práctica política revolucionaria en Cuba.
- La apertura de un camino hacia una sociedad más libre y más abierta a escuchar ideas diferentes.
- Un proyecto que de manera integral articula la proyección hacia el futuro y las exigencias del presente.
- Un ejercicio democrático, de debate concebido con la participación de todos y para el bien de todos.
- Un nuevo proyecto de país, de Estado, de economía, de sociedad. Y por tanto, que crea nuevos caminos para la historia institucional, porque el derecho tiene un papel importante en la cultura de un pueblo.
- Un proceso que nos ayuda a anticiparnos, a dialogar con la realidad, con esa realidad de las subjetividades múltiples, subjetividades que se conforman, siendo el mismo país, desde una diversidad de intereses, motivaciones y circunstancias.
Todo lo anterior, tiene una profunda connotación cultural. La cultura aquí juega un papel clave: si la consideramos como el diálogo que establece una sociedad con sus límites, el proceso de consulta popular y el proyecto logrado en su contenido son una expresión cultural de nuestros alcances y nuestros límites; de cuánto ha avanzado la sociedad, sus saltos y derroteros; y de cuál es nuestra tarea ante los pendientes que, a la luz actual, no fueron considerados, pero tampoco excluidos o ignorados.
Si además colocamos el complejo contexto internacional, con sus diversas variables que definen la contemporaneidad y la disputa por la hegemonía, el dominio que ejerce el sistema capitalista neoliberal, así como los elementos que configuran nuestra sociedad y la historia del país, podríamos, con ese análisis integral, establecer las categorías del Proyecto deseable, posible y aceptable.
Se nos ofrece la oportunidad para avanzar en la construcción de una sociedad propia y alternativa con un mayor grado de participación, basada en una soberanía nacional la auténtica, la creciente justicia social y el debido respeto a la dignidad humana.
Es sabido que los temas del presente texto son motivo de conversaciones frecuentes y toma de posiciones: hay quienes participan con sus aportes, otros con reservas y unos más que consideran que todo está decidido. Es lógico y signo de la pluralidad de posturas, intereses y preocupaciones. Sabemos que la Constitución de un país debe reflejar las características de la sociedad y que determina, de muchas maneras, la vida de la ciudadanía y su futuro, la forma de convivencia, la participación en la toma de decisiones y de relacionarse con el Estado.
RESULTADOS E INCIDENCIA REAL
Se ha dado un gran salto, la participación como elemento clave del sostén democrático no quedó reducida al momento del voto y la elección. Hay producción social, de contenidos, sentidos y apuestas, hay muchos colores en la sociedad, pero al parecer se ha encontrado la acuarela que los contiene a todos. Como proceso educativo, puso en diálogo saberes, perspectivas y valores que hoy conforman el cambio cultural que está viviendo el país. Por ejemplo, una pequeña organización realizó 147 propuestas de enmienda, de las cuáles solamente 25 no fueron tomadas en cuenta, logrando 70% de incidencia.
Los planteamientos y criterios emitidos en numerosos espacios de consulta, que incluyeron lo microcomunitario y vecinal, centros laborales y estudiantiles lograron que 134 artículos fueran modificados, lo que representó casi el 60 por ciento, 3 artículos se eliminaron y 87 continúan intactos: después de que la comisión redactora realizara 760 cambios (desde una palabra o frase, hasta párrafos o artículos completos) el Proyecto Constitucional quedó con 11 Títulos, 24 Capítulos, 18 Secciones (dos más), 229 Artículos (cinco más) y el preámbulo con ocho párrafos modificados.
A mi modo de ver, desde nuestra cultura y práctica histórica en la construcción de una sociedad a lo cubano, el texto definitivo aprobado por la Asamblea Nacional es una expresión del tan necesario y útil equilibrio para continuar. Si bien, existen zonas importantes de inclusión y participación popular dentro del modelo cubano de democracia participativa, la necesidad de atender las reservas capitales para el protagonismo y empoderamiento creciente de la diversidad de actores que reconfiguran hoy el mapa social de la nación y que habrán de tener un rol más activo en la implementación del proyecto de futuro que se ha ido construyendo.
A pesar de la complejidad que implicó el procesamiento de datos, el pueblo en general consideró valioso incluir las opiniones de la población. También destacó el papel de los medios, cuyo manejo de la informacion y las campañas permitieron mantener conocer y transparentar el proceso. Los programas televisivos y radiales interactuaron directamente con dirigentes y expertos, y con los grupos de trabajo que realizaron la clasificación y procesamiento de información, tanto a nivel nacional o de provincia, adelantando insumos a la Comisión redactora nacional. La prensa impresa y las redes sociales lograron que creciera la atención, hasta que ocupó un espacio entre los temas cotidianos de la poblacion y diversos espacios públicos e institucionales. El caracter parcial de ciertas informaciones generaron dudas, preocupaciones, ansiedades e incluso suspicacias, sin embargo los datos concluyentes compartidos por la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular guardaron una coherencia lógica con las tendencias que se avizoraban.
Los desafíos para la implementacion de la nueva Constitucion parecen enormes, pero bien podría ser aprobada con más de 70% de votacion popular, lo que significaría un reflejo claro al apoyo mayoritario hacia la continuidad, renovada y actualizada, del proyecto revolucionario que reconoce que otra parte de la población difiere sustancialmente.
En esa naciente zona de disputas potenciales se desplegará la experiencia inédita de seguir construyendo una sociedad que proclama y asume el socialismo como aspiración máxima e introduce cambios que necesariamente habrá de experimentar, seguir y evaluar sistemáticamente, con el consiguiente cambio cultural que es consustacial.
Al insertar nuevos enfoques en la práctica politica revolucionaria, en las fórmulas innovadoras de gestión, en las estructuras organizativas o los marcos legislativos, observamos algunos temas en los que habrá que prestar atención. La siguiente lista recopilada por CubaDebate ofrece elementos para ese analisis:
Artículos con mayor número de propuestas
Artículo 68. El matrimonio es la unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello, a fin de hacer la vida en común. | 192,408 propuestas. Destacan las referentes a mantener el artículo vigente o eliminar este artículo.
Artículo 121. El Presidente de la República es elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de entre sus diputados, por un período de cinco años, y le rinde cuenta a esta de su gestión. 16,176 propuestas. La mayor cantidad propone que el Presidente sea electo directamente por los votantes.
Artículo 165. En cada provincia rige un Gobierno Provincial conformado por un Gobernador y un Consejo Provincial. | 25,650 propuestas. Proponen que se cambie el nombre de Gobernador por Presidente.
Artículo 82. Se reconoce el derecho de las personas a una vivienda digna. | 15,398 propuestas. Proponen cambiar el término digno, y dudas acerca de qué se considera una vivienda digna.
El presidente de la República puede ejercer su cargo hasta dos períodos consecutivos, luego de lo cual no puede desempeñarlo nuevamente. | 88,039 propuestas. En general, dirigidas a no limitar los periodos del mandato.
Artículo 31. El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un deber, un derecho y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar…
Algunas propuestas no aceptadas:
– 30 opiniones pidieron eliminar el concepto de “sistema socialista” y 23 de la “economía socialista”
– 4,800 solicitaron cambiar el nombre del país por “República Socialista de Cuba”
– 8,000 opiniones quisieron incorporar la moneda oficial
– 262 propuestas en contra del papel dirigente del Partido Comunista
ARTÍCULOS Y TEMAS MÁS COMENTADOS
1. Nuevas estructuras del Gobierno y el Estado
Los cambios que se introducen en las estructuras, concepción y funcionamiento del gobierno y el Estado son, sin duda, de los aspectos de mayor calado. De ser aprobada la Constitución, tal y como esperamos, en un futuro cercano tendríamos una separación en el poder ejecutivo: un presidente, un primer ministro, también con poderes ejecutivos y un presidente del Consejo de Estado, que a su vez es el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Sus funciones estratégicas estarían distribuidas, conduciendo sus respectivos ámbitos que implicaría una capacidad de trabajo colegiado, coordinación y puesta en común en la acción para la toma de decisiones y acuerdos específicos. Sin dudas, un reto ante la concentración actual de funciones y responsabilidades en una sola figura.
Quizás esto sirva como mecanismo para dar estabilidad y evitar en el futuro, a través del contrapeso, que una sola persona tome decisiones que puedan resultar contraproducentes o fuera del proyecto político que ha seguido Cuba. Hay que señalar que la nueva Constitución logra que la decisión popular y su expresión soberana se fortalezca al otorgar nuevas atribuciones y facultades legislativas a la Asamblea Nacional, como órgano de representación.
Presidente de la Asamblea Nacional
Desde esa perspectiva es coherente traspasar la Presidencia del Consejo de Estado, como órgano permanente de trabajo, al Presidente de la Asamblea Nacional. Esta persona será la máxima responsable de la actividad legislativa, porque el Consejo de Estado, entre otras funciones y mediante decretos, suple las actividades de la Asamblea. Aunque en última instancia ésta tiene la facultad de derogar aquellas con las que no esté de acuerdo.
Diputadas y diputados
Se impone reforzar la calidad y capacidad de diputados y diputadas, de tal modo que su autoridad sea percibida claramente por la ciudadanía y dé mayor legitimidad al Parlamento como máximo órgano en la toma de decisión.
Primer ministro
El establecimiento de la figura de Primer ministro parece obedecer más a una lógica de distribución de funciones que a una perspectiva de división de poderes. Su función le permitiría enfocarse en una gestión administrativa de gobierno, centrada en la implementación efectiva, eficaz y eficiente de planes y programas de desarrollo, así como en el funcionamiento de los organismos y entidades del sistema institucional y en la coordinación, articulación y manejo de los recursos disponibles para dar respuesta a las demandas y necesidades básicas de la población. En este sentido, deberá responder y rendir cuenta ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, quien posee la capacidad para designarlo y revocarlo, si es necesario.
Presidente de la República
Este puesto desconcentra funciones ejecutivas y administrativas importantes, algunas pasan al ámbito de decisión de la Asamblea Nacional, contribuyendo a establecer con más claridad el contenido propio representativo de esta figura. No obstante, conserva importantes cuotas de decisión y atribuciones que le permiten una incidencia directa en todas las esferas de la vida de la sociedad.
Basta señalar que se mantiene la forma de elección del Presidente: a través de votación en la Asamblea Nacional de entre uno de sus diputados, por lo que éste contará con amplio apoyo y reconocimiento legítimo.
La elección por sistema indirecto no está mal, incluso puede decirse que refuerza la autoridad de los parlamentarios, sin embargo, las propuestas de llevar a cabo la elección directa puede ser un llamado de atención. Si el pueblo lo plantea es porque percibe que en su figura está la clave de su representación. Si se quiere legitimar este sistema indirecto es necesario empoderar a los asambleístas, de tal forma que la gente pueda percibir que es en la Asamblea donde se definen las decisiones claves. “La limitación del periodo presidencial es un cambio muy importante para la recirculación de las élites cubanas. Es otro indicador del desarrollo de las bases para un liderazgo más colectivo.”
En ese nuevo escenario no es descartable la necesidad de llegar a acuerdos, construir nuevas alianzas y consensos, equilibrar enfoques y perspectivas, nuevas formas de gestionar el poder y estilos de conducción más participativos. En este sentido la capacidad del Presidente será clave para el manejo político y de cohesión y el diálogo constructivo.
2. Más poder a los municipios
En la nueva Constitución se establece el principio de la autonomía municipal, poco debatido durante el proceso pero cuya concreción podría ser uno de los pilares de la democracia socialista en Cuba. Este punto es extremadamente importante, representa una transformación democrática que convoca a la ampliación de la capacidad de decisión del municipio y significa un salto objetivo que crea bases jurídicas para que pueda alcanzarse mayor promoción y realización del desarrollo local, precisamente en el espacio de poder público político más cotidiano y cercano al ciudadano.
En otro orden, pero también con gran importancia, sobre la base de que los consejos populares son el soporte estructural de la participación ciudadana, un principio democrático esencial, reconocemos que en el proyecto constitucional la regulación de estos órganos es clara, precisa y superior en contenido y forma, si la comparamos con lo dispuesto en la Constitución vigente.
Entre otras cuestiones, regirse bajo el principio de la autonomía municipal significa, en primer lugar, que los municipios tendrán las aptitudes para que en su condición de representantes de la colectividad en sus territorios puedan gestionar los distintos intereses que surjan en la localidad.
También significa que para satisfacer las necesidades comunales se le delineará un ámbito competencial, a partir del cual los distintos entes locales tendrán atribuidas funciones específicas. Este elemento considera el contenido objetivo de la autonomía, muy importante porque está relacionado con el desempeño municipal, en tanto las competencias municipales son consideradas la medida de los fines municipales.
Si lo anterior resulta clave, el reconocimiento indirecto del derecho de participación popular local resulta novedoso y muy coherente con los planteamientos anteriores.
El proyecto constitucional consolida a los consejos populares como espacios formales enclavados en los municipios para el ejercicio participativo de la democracia al expresar el reconocimiento del consejo popular, primero, como órgano local del Poder Popular y, segundo, como órgano de naturaleza representativa.
En ese sentido, este órgano municipal es un espacio formalmente reconocido para propiciar la participación y el control popular, con autoridad para el desempeño de sus funciones.
Desde ese punto de vista, el Proyecto de Constitución fortalece la composición de los consejos populares, en relación con el fin de control sobre las entidades de producción y servicios de incidencia local para el cual son creados, al quedar conformados solamente a partir de los delegados elegidos en las circunscripciones de su demarcación. Con esto se supera, en función del control, la doble condición de “juez y parte” que puede resultar de las normas vigentes.
Los consejos populares, a partir de la naturaleza que les reconoce el proyecto constitucional, asumen un rol democrático intermedio: representan a la población de la demarcación donde actúan y también a las asambleas municipales respectivas.
Ganan los municipios de la mano de nuevos espacios participativos: surgen nuevos horizontes de participación social para resolver problemas de las localidades, donde todos pueden ser parte de la decisión política y, además, influir sobre ella. O dicho de otra forma, gana el proyecto socialista al potenciar la participación desde abajo, el empoderamiento ciudadano y el sedimento desde lo local.
Por último, señalar que los avances significativos en materia constitucional de estas regulaciones analizadas traen consigo otros desafíos para su perfeccionamiento: entre otros, una Ley Municipal que desarrolle los contenidos constitucionales, articule los órganos, horizontal y verticalmente, defina las competencias municipales y concrete la autonomía.
Visto así, hay un largo trecho que andar, pues la generación de una cultura municipalista y de las condiciones para que el municipio esté en capacidad de cumplir con esta misión, requiere de acciones concretas, recursos y acompañamiento permanente.
3. Artículo 68, sobre la institución del matrimonio ¿retroceso o replanteamiento?
Este artículo, relacionado con la institución del matrimonio, es uno de los temas más debatidos, polémico tanto en el proceso como una vez aprobada la versión definitiva. Recibió 192,408 opiniones, el 24.57% del total de la consulta, y fue mencionado en 88,066 reuniones (66%). La mayoría propuso definir el matrimonio como “unión concertada entre dos personas” en vez de “entre un hombre y una mujer”, como está en la actual Constitución.
Un artículo que guardó expectativa mundial, pues Cuba, muy avanzada en derechos sociales, aún tiene pendiente permitir el matrimonio entre personas del mismo género, una realidad existente ahora mismo con raíces venidas de tiempo atrás y ocultas bajo el manto de la hipocresía, fuente de prejuicios lacerantes heredados de la zona más oscura de nuestra tradición cultural.
Con sentido práctico, el artículo en su forma original fue eliminado y en la nueva formulación tampoco se habla de la unión entre un hombre y una mujer, sino entre cónyuges, lo que pospone la cuestión para cuando se apruebe el Código de Familia, que deberá ocurrir en un periodo de dos años. Momento en que podríamos avanzar en comprensión, sensibilidad y apertura para dar paso a una cultura menos patriarcal y machista, más inclusiva y respetuosa de la diversidad. Como fenómeno cultural, la sociedad en general no parece preparada para este cambio y queda aún trecho por andar y trabajo que hacer desde todas sus instituciones.
Pareciera que el Parlamento cubano hubiera cedido, pero siendo justos no es así, ante las presiones marcadas por argumentos en su mayoría ofensivos, denigrantes y amenazadores contrastados con aquellos respetuosos, explicativos, favorecedores del diálogo, firmes y racionales. Pudiera pensarse que Justicia y Derecho se acaban de divorciar en este tema, pero aún no.
OTRAS CONSIDERACIONES
Este proceso sin duda ha tocado profundas zonas de la realidad cubana y sacudido los temas de la participación ciudadana y el involucramiento de los jóvenes, específicamente en cuestiones políticas y de ciudadanía activa. Y claro, también hay sectores que se mantienen distantes, indiferentes y que seguramente tendrán su incidencia en el porcentaje que votará al No. Con todo, considero que logró involucrarse a un número creciente de personas por diversas vías.
Derechos humanos
Que se hable de derechos humanos y se les reconozca por primera vez en la historia del constitucionalismo socialista cubano y en una de las pocas Constituciones del constitucionalismo socialista real, es un elemento que crea optimismo en general. Es un salto gigantesco a la realidad. Resulta un gran logro un reconocimiento del Estado socialista de Derecho que se apropia del tema desde su propia perspectiva y lo incorpora dentro de la doctrina y la teoría política y jurídica cubana en su contexto y realidad. Se abre el camino hacia una sociedad más libre y más abierta a escuchar ideas diferentes.
Medios de comunicación
Además, surge la posibilidad de reconocer la iniciativa personal o privada para medios no fundamentales de comunicación, como podrían ser considerados los blogs y las redes sociales.
Espacio público
Al reconocer los derechos de reunión, manifestación y asociación de forma explícita se abre a futuro una puerta para que los cubanos tengamos una relación más abierta con nuestro espacio público y para convertirlo, de nuevo, en un lugar desde el que se dispute y construye el poder.
Y todo ello, sin renunciar a la aspiración socialista, a la construcción de una sociedad con el mayor grado de dignidad y libertad posibles, de justicia y equidad social.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
La consulta popular resultó clave porque las personas y los jóvenes hicieron planteamientos muy profundos en muchos lugares y sin temor de manera abierta, y eso demuestra que la población cubana está mucho más preparada de lo que nosotros mismos nos imaginamos.
Ha sido una gran oportunidad para repensar nuestro país y nuestro futuro, hacia la conquista de una sociedad cuya expresión socialista se concrete en mayor justicia social, equidad, prosperidad y dignidad humana.
A mi modesto modo de ver, hemos salidos siendo mejores ciudadanos y ciudadanas, con mayor conciencia del gran reto histórico que enfrentamos y de la tarea colosal de la construcción del socialismo en la encrucijada de un mundo global.
Enorme el reto y enormes los desafíos ¿Cómo haremos para que todo esto se materialice? En materia de derechos y de participación popular eso no se logra con un texto constitucional, es necesario que la gente común se apodere de esos derechos y los ejerza.
Resulta necesaria una ofensiva cultural, la voluntad para materializar en la vida cotidiana una existencia republicana, democrática y socialista, así como mirar con otros espejuelos el país que somos: uno diverso, colorido, con tendencias ya no tan homogéneas, donde hay expresiones y aspiraciones que entran en disputa por espacios, poder y protagonismo, donde somos capaces de colocar en la agenda nacional temas de sectores minoritarios y construir desde esa diversidad el consenso necesario para lograr una República desde la visión Martiana con todos y para el bien de todos.- – – – – – –FUENTES
Cubadebate: Categorías: Noticias, PolíticaEtiquetas: Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Constitución, Cuba, Fotografía, Homero Acosta Álvarez, Parlamento, Poder Popular, Reforma Constitucional en Cuba.Intervencion de Homero Acosta, Secretario del Consejo de Estado, en la Asamblea Nacional del Poder Popular.Diputados leen el Proyecto de Constitución de la República de Cuba con los cambios efectuados tras la consulta popular en Cubadebate.La Joven CubaModificaciones al Proyecto de Constitución, por Yassel A. Padrón Kunakbaeva en Joven Cuba.El Partido y la Constitución, si de comparaciones se trata. por Ángel Téllez VillalónDra. Graziella Pogolotti, artículo en Periódico Juventud Rebelde.Dra. Lissette Pérez Hernández, Profesora Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Ponencia Premio de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y Administrativo por la Obra de la Vida.Fragmento de las palabras del Dr. Manuel Calviño en el espacio de debate Sabatinas organizado en el Centro Fresa y Chocolate por el historiador Ernesto Limia. (Tomado del diálogo íntegro publicado en Cubaperiodistas.